Una mujer impresionante

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30.10.2014 18:51

[Publicado en El Comercio – La Voz de Avilés el 24 de octubre de 2014]

Caddy Adzuba impresiona cuando la ves  en directo. Su presencia física,  su fuerza, su claridad expositiva, su capacidad de análisis y denuncia, producen un efecto inmediato. Tiene la fuerza y el valor de esas mujeres africanas que han sabido aunar lo más sabio de su cultura ancestral con el mundo mediático global de los nuevos tiempos. 
Cuando  el año pasado intervino, en la sede de Reporteros Sin Fronteras, en un debate con periodistas españoles en el que dio a conocer la realidad actual de las mujeres en la República Democrática del Congo, la periodista Caddy Adzuba nos puso a los presentes la congoja en el alma  mientras relataba la situación que las mujeres congoleñas  afrontan a diario: violaciones, descuartizamientos, torturas, agresiones y abusos de todo tipo. 
Los casos que relata Adzuba son espeluznantes. Niñas de meses raptadas, violadas y luego abandonadas, al igual que ancianas. Son los dos extremos de una cadena de miles de víctimas a las que se viola con saña, utilizando todo tipo de utensilios para producir desgarros. El cuerpo de la mujer, repite, sigue siendo en su país, al igual que en otros lugares de África, un arma de guerra y poder. Ella misma fue raptada y  torturada y ha sufrido dos intentos de asesinato. En estos momentos vive en la hermosísima región de los Grandes Lagos protegida las 24 horas por guardias de seguridad privados, cámaras y alarmas, por amenazas de muerte. 
Todo esto lo contaba sin dramatismos ni exageraciones, con enorme serenidad, como algo a lo que ha decidido enfrentarse como mujer y periodista,  y divulgarlo desde la emisora de radio Okapi impulsada por Naciones Unidas. Una realidad de un conflicto que dura ya más de 20 años en la República Democrática del Congo,  en el que las mujeres son prácticamente invisibles.
Adzuba nos contó cómo desde la Asociación de mujeres Periodistas, se atreven a denunciar la implicación del ejército congoleño, de las empresas multinacionales, de los países vecinos y de los propios congoleños, en las violaciones. Por eso se han convertido en un objetivo que muchos quieren eliminar. Las mujeres periodistas se enfrentan en su país a un doble riesgo: como periodistas y como mujeres, porque también están expuestas a las violaciones.
Por todo lo anterior me alegra,  y mucho, que le hayan concedido este año el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a esta mujer que se ha convertido en un símbolo para tantísimas congoleñas que han empezado a hablar, y un símbolo internacional de la defensa de los derechos humanos. 
Cuando suba al escenario a recoger su premio y mire a los espectadores, posiblemente con un espectacular atuendo africano, estoy segura de que nadie permanecerá indiferente. Sería bueno que en medio de la alegría de los festejos no olvidáramos algunas preguntas que nos hizo en aquel encuentro a los periodistas españoles: ¿Por qué Africa no interesa a los periodistas europeos? ¿Por qué no vemos una sola información del Congo en los medios españoles cuando los conflictos sirio o israelo-palestino ocupan un lugar destacado en sus páginas siendo igual de lejanos para el lector español? Yo añadiría otra pregunta, ¿cuándo afrontaremos en toda su extensión un problema que ha sido invisible durante décadas: el uso de las mujeres como arma de guerra?
Malén Aznárez
Presidenta de Reporteros Sin Fronteras – España